La economía frente a los fantasmas de recesión e inflación | FACEA UDEC

» ¿Qué pasará con los contratos colectivos vigentes y próximas negociaciones colectivas que contemplan reajustabilidades salariales en función de la inflación, que este año llegaría a 11%?».

El escenario por el que atraviesa la economía mundial es complejo y preocupante, porque golpea fuerte a los principales bienes de consumo, los precios del petróleo y combustibles, con lo cual se afecta el bienestar de las personas, los costos de producción y la actividad productiva. Esto se ha potenciado porque la inflación ya formaba parte de los recuerdos en nuestro país y en el mundo, alcanzando niveles históricos en los últimos 40 años, de 8,6% en 12 meses, en EE.UU. , y para Chile se sitúa en 11,5% después de 20 años, que estuvo acorde a la meta del Banco Central del 3% .

Esta persistente inflación ha obligado a las autoridades económicas en el mundo, a emplear políticas monetarias más restrictivas que lo previsto, mediante alzas en la tasa de interés con una mayor dosis de agresividad, para frenar y neutralizar el exceso de liquidez y del gasto generado por los programas de ayuda de los gobiernos (potenciados en Chile por los retiros de los fondos de pensiones), produciendo repercusiones mundiales por su impacto transversal a los mercados, bursátiles, cambiario, de bienes y con ello, disrupciones en las cadenas de producción y distribución.

Con todo, la situación para Chile es muy especial, ya que las expectativas inflacionarias aún persisten, debido a causas externas como las decisiones que está tomando la FED por el aumento en la tasa de interés, ocasionando fuertes depreciaciones del peso, encareciendo el precio de muchos bienes alimenticios que importamos y, también el petróleo, que además del efecto dólar se ve apalancado por el aumento del precio internacional del crudo en los mercados internacionales. En lo interno, la inestabilidad política y la incertidumbre sobre el resultado del plebiscito para decidir sobre la nueva Constitución para el país. Por tanto, la inflación continuará siendo alta para este año, y probablemente se situará en torno al 11% hacia diciembre, con un componente importante de la inestabilidad económica y financiera externa, que es una mala señal para nuestro país, porque afecta los flujos de capitales hacia nuestra economía debilitando nuestra moneda por la escalada en el precio del dólar internamente que avanza hacia los $ 1.000.

El resabio aún presente del sobrecalentamiento, por el exceso de liquidez que tuvimos en la economía, y el mecanismo de indexación para la reajustabilidad, dificultan el control de la inflación, que permita al Banco Central llevarla al rango meta del 3%, lo que hace pensar que esto tomará a lo menos un par de años.
Esto justifica la necesidad del aumento más agresivo en la tasa de interés, sobre todo cuando hay temas delicados que pueden generar problemas complejos para las autoridades, que obligan preguntarse ¿Qué pasará con los contratos colectivos vigentes y próximas negociaciones colectivas que contemplan reajustabilidades salariales en función de la inflación? Estarán los sindicatos de las empresas o de las instituciones públicas dispuestas a negociar reajustes salariales inferiores al IPC, teniendo en cuenta que este año podemos terminar con una inflación de un 11%? ¿Cómo se podrá compensar la pérdida de los salarios reales generadas por la actual inflación para mitigar las presiones sociales debido al aumento del costo de la vida, sin tener que llegar al instaurar las transferencias vía IFE, como ya algunos parlamentarios lo han propuesto?

La tarea para el Banco Central es difícil.

Víctor Hernández Roldán, Facultad Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de Concepción.

Columna opinión de El Sur, Viernes 01 de Julio 2022