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«El informe del Banco Mundial sobre América Latina y El Caribe indica que la economía chilena tuvo un buen desempeño el 2025 y que sobrelleva exitosamente el ajuste postpandemia.»

El reciente informe del Banco Mundial sobre América Latina y El Caribe (ALC) indica que la economía chilena tuvo un buen desempeño macroeconómico durante el año 2025 y que ha logrado sobrellevar exitosamente el ajuste económico postpandemia requerido.

Entre los elementos que sustentan este juicio, se encuentra la recuperación del crecimiento económico a las máximas tasas que se pueden sostener en el largo plazo, el proceso de convergencia de la tasa de inflación a su meta establecida, y la baja en las tasas de interés reales, entre otros aspectos. Es decir, variables de manejo macroeconómico que normalmente se usan para medir este desempeño.

Incluso la deuda pública y el déficit fiscal, que ha tomado mucho espacio en los medios y debate público nacional, aparecen en una situación relativamente mejorada en comparación con otros países de ALC.

Cabe mencionar que el análisis macroeconómico es coincidente con la opinión que expresa el Banco Central de Chile sobre la economía chilena para los años 2024 y 2025 en su último Informe de Política Monetaria (Ipom). Sin embargo, la opinión que tiene una gran cantidad de la población en Chile, que se expresa a través de las encuestas de opinión, es que el país anda mal en materia económica.

Un aspecto que es importante considerar es que efectivamente existe un escenario internacional adverso, con bajas perspectivas de crecimiento mundial, alta incertidumbre normativa, condiciones financieras más restrictivas para ALC, incertidumbre en políticas comerciales, previsión a la baja en los precios de las materias primas, lo que genera un entorno difícil para generar políticas de desarrollo económico de largo plazo.

Pero el informe del Banco Mundial apunta a que las limitaciones en América Latina no se encuentran en la política macroeconómica o en las condiciones externas, sino en la política de desarrollo, una diferencia que no siempre se entiende en el debate nacional.

El informe apunta a que existen impedimentos estructurales, deficiencias institucionales de larga data, un entorno regulatorio sin incentivos para el emprendimiento, déficits críticos en capital humano, y una falta de capacidad de aprovechar las oportunidades tecnológicas. Esto significa, entre otras cosas, que, aunque la economía chilena crezca hoy a su capacidad potencial, esta capacidad es insuficiente para satisfacer las demandas que tiene la población, algunas de las cuales son muy sentidas y válidas, por ejemplo, en materia de empleo, seguridad ciudadana y social, vivienda y salud, por mencionar algunas.

En este momento, el país se encuentra en pleno período de elección presidencial y parlamentaria. En períodos de campaña se plantean visiones optimistas sobre lo que su coalición puede hacer y pesimistas sobre lo que pasará si la coalición de la parte contendora es vencedora. Sin embargo, si uno sigue las campañas, las propuestas que van a generar más crecimiento económico en el largo plazo, que van a dar más y mejores empleos, que van a permitir financiar mayor seguridad, y más protección social para los que se sienten desamparados, parecen escasear. Al menos no son prioridad en el debate público.

Sería interesante confrontar las propuestas para el desarrollo económico nacional.

Dr. Jorge Dresdner C. Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de Concepción.

Columna opinión de El Sur, Viernes 10 de octubre de 2025