La Región del Biobío y su proyección internacional | FACEA UDEC

«El desafío es avanzar en una estrategia de internacionalización coherente, con participación activa del sector privado y una adecuada articulación público-privada, que permita proyectar a la región.»

La internacionalización del Biobío constituye hoy un eje estratégico para una región que busca fortalecer su participación en los mercados externos y diversificar sus oportunidades de crecimiento. En este punto, resulta clave entender que avanzar en vínculos internacionales no se limita sólo a la suscripción de acuerdos de cooperación formales -como los que la región impulsó en su momento con algunas provincias de China, por ejemplo-, sino que requiere, de manera igual o incluso más relevante, una gestión activa y sostenida de dichos acuerdos para que generen resultados concretos.

El turismo cumple un rol relevante como generador de flujos, visibilidad y actividad económica, pero debe ser comprendido como un componente dentro de una estrategia más amplia, que también integra comercio exterior, atracción de inversiones, servicios avanzados, cultura y organización de eventos.

La evidencia comparada respalda la pertinencia de este enfoque. De acuerdo con el World Travel & Tourism Council, el turismo internacional representa cerca del 10% del PIB mundial y uno de cada diez empleos a nivel global. En el caso chileno, cifras de Sernatur indican que el gasto de turistas extranjeros supera los USD 4.000 millones anuales en períodos normales, con efectos directos sobre el empleo y la actividad económica regional. Para regiones como la del Biobío, un crecimiento sostenido del turismo internacional puede generar impactos relevantes, siempre que se complemente con políticas de desarrollo productivo y encadenamientos de mayor valor agregado.

El rol del Gobierno Regional y de las autoridades del nivel central resulta determinante. Más allá de iniciativas puntuales, la internacionalización requiere una visión estratégica compartida, una gobernanza clara y mecanismos de coordinación que permitan ordenar prioridades, asignar recursos de manera eficiente y otorgar continuidad a las acciones en el tiempo.

Desde una mirada estratégica, la internacionalización implica dejar atrás una visión centrada únicamente en períodos específicos del año y avanzar hacia una mayor variedad de razones para atraer visitantes, promover actividad económica de forma continua y consolidar un posicionamiento regional claro y reconocible. En este proceso, el deporte y la cultura pueden cumplir un rol de apoyo relevante, contribuyendo a reforzar la identidad regional, diferenciar la oferta y generar efectos positivos sobre otros sectores de la economía. Eventos como el Rally Mundial (WRC) y el Festival REC han contribuido a esto.

La experiencia de Bilbao es ilustrativa en este sentido. A partir de una estrategia de reconversión urbana y productiva, la ciudad incorporó el turismo y la cultura -con el Museo Guggenheim como referente emblemático- como impulsores de un proceso más amplio de transformación económica, evitando que estas actividades quedaran limitadas a una lógica exclusivamente estacional.

Para el Biobío, el desafío es avanzar en una estrategia de internacionalización coherente, con participación activa del sector privado y una adecuada articulación público-privada, que permita proyectar a la región de manera estable y competitiva hacia el exterior. La discusión adquiere especial relevancia en períodos de alta demanda turística, recordando que la proyección internacional sostenible depende de decisiones estratégicas de largo plazo.

Sergio Escobar Miranda, Facultad Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de Concepción.

Columna opinión de El Sur, Viernes 26 de diciembre 2025