Economía con resultados al debe

Luego de terminado el año 2023 y a la espera de publicaciones oficiales sobre las principales cifras con las cuales terminó la economía nacional, es posible realizar los primeros análisis de los resultados obtenidos y comprobar la obtención de objetivos y metas.

La verificación de ellos, respecto de la proyección inicial de los presupuestos y metas de ese año, deben analizarse más allá del logro o no de las metas estimadas, dado que podrían haberse obtenido algunas, pero que al final corresponden verdaderamente a una «victoria pírrica», es decir la obtención de la meta casi no permite salir de su significado negativo, dentro del contexto económico.

Siempre se espera, de manera optimista, alcanzar o superar las proyecciones de los resultados. Al repasar algunos números de la economía, se concluye que lo relativo a la inflación es una de las principales metas logradas. El Banco Central ha recibido reconocimiento de aprobación de instituciones internacionales por la gestión realizada respecto del control de la inflación, llevando adelante una severa política restrictiva. Por lo tanto, se puede decir, esta meta fue absolutamente cumplida, aunque esa política conllevó el asumir mayores costos para empresas y personas, pero fue una decisión observada también en principales economías del mundo. Derivado de lo anterior, por otra parte, se logró rebajar la liquidez existente, que incidía como factor acelerador de la inflación.

Pero al examinar una de las principales proyecciones, como es el crecimiento de la economía mediante el PIB (Producto Interno Bruto), se deben especificar dos cosas. Instituciones especialistas nacionales e internacionales proyectaron para la economía nacional un nivel de crecimiento negativo en el rango de – 0.5 % a – 1.5 %, Paradojalmente, este objetivo, mirándolo por el lado positivo, se superaría dado que las primeras referencias sobre este indicador estarían entre un 0 % a 0,1%, es decir escaparía la economía de haber retrocedido a un nivel absoluto negativo. Pero ¿puede considerarse alcanzado este objetivo? y la respuesta negativa debe surgir de inmediato, aunque se justificará la meta inicialmente proyectaba, de manera necesaria para «enfriar» la economía, la cual no podía seguir funcionando al ritmo que exhibía.

Sin duda uno de los temas más preocupantes se relaciona con la inversión, se dio a conocer que el año recién pasado esta variable retrocedió un 2,5 % y no se termina de recuperar ni hay señales potentes de cambios en este sentido. El Estado hace su parte, pero falta mayor inversión también de agentes privados. Se debe considerar que la inversión eficiente necesita un horizonte de tiempo, a veces lato, para empezar a dar sus réditos y además por esta vía se puedan alcanzar otros objetivos no logrados, como es el controlar el avance negativo de las cifras de desempleo.

Se estimó que este año recién terminado era un período para ajustar variables económicas, de acuerdo a las potencialidades de la economía nacional. Se debe convenir que el año pasado puede calificarse como perdido, donde no se avanzó en crecimiento y se termina celebrando el hecho de no caer en una cifra negativa, pero tampoco permite alegrase. Y para este nuevo período recién comenzado deberían lograrse realmente mejores cifras de crecimiento económico, para superar a las «tibias» cifras proyectadas.