Jornada laboral reducida, efectos en la «burocracia» | FACEA UDEC

«Con una jornada laboral más corta, los empleados pueden disponer de más tiempo para dedicarlo a la innovación y la mejora continua.»

No sería ninguna gracia que, con un acortamiento de la jornada laboral, un trámite o trabajo que tarda dos días pase a demorarse tres. La implementación de una menor cantidad de horas puede tener efectos positivos en la vida laboral y familiar de las personas, pero también habrá de tenerlos en la eficiencia de las actividades que, a diario se realizan, en los diferentes tipos de organizaciones que hacen que una sociedad funcione.

Al tener menos tiempo laboral disponible, los empleados pueden sentirse motivados para completar sus tareas de manera más rápida y efectiva y con ello evitar la amenaza de la procrastinación. Esto puede resultar en una mayor agilidad en los procesos internos de la organización, lo que a su vez puede reducir la «burocracia» y los trámites innecesarios. Evidentemente los directivos de empresas e instituciones, junto con sus colaboradores, deberán realizar las acciones para impulsar una mayor eficiencia en el trabajo, ojalá sin caer en la tentación y justificación de convertirse, especialmente en el caso de algunos organismos públicos, en un buzón de nuevas contrataciones para esas horitas que se disminuyeron.

Una jornada laboral de unas cuarenta horas puede fomentar un enfoque más orientado a los resultados en lugar de centrarse únicamente en el tiempo empleado en el trabajo, como se ha venido considerando históricamente: «esta persona sí que es trabajadora, está en la oficina prácticamente 24/7». Los empleados pueden concentrarse en lograr los objetivos establecidos, en lugar de simplemente cumplir con un horario específico de permanencia. Esto contribuirá a eliminar la «burocracia» asociada a la necesidad de justificar cada minuto de trabajo y permitirá, seguramente, a una mayor flexibilidad en la gestión del tiempo.

Evidentemente, si la reducción de la jornada laboral está acompañada de acciones para eliminar «colesterol» en muchos pasos, vistos buenos, copias de colores, status y otras heredades, los empleados pueden sentirse más empoderados y responsables de su trabajo. Esto puede fomentar la toma de decisiones autónomas y reducir la necesidad de una supervisión excesiva y «burocrática». Los empleados pueden asumir mayores responsabilidades y tener más libertad para resolver problemas y encontrar soluciones de manera independiente, haciéndoles sentir la plena propiedad de sus funciones y atribuciones.

Una jornada laboral reducida en algunas horas puede ser una excelente oportunidad para revisar, redefinir y simplificar los procesos internos de la organización. Esto implica eliminar trámites innecesarios, reducir la cantidad de documentación requerida y agilizar los flujos de trabajo. Al simplificar los procesos, se puede reducir la «burocracia» y facilitar un ambiente de trabajo más eficiente.

Con una jornada laboral más corta, los empleados pueden disponer de más tiempo para dedicarlo a la innovación y la mejora continua. Al tener tiempo adicional disponible, se pueden explorar nuevas ideas, desarrollar proyectos innovadores y buscar formas de optimizar los procesos existentes. Esto puede ayudar a romper con la «burocracia» arraigada y fomentar una cultura de mejora constante.

En síntesis, la eventual implementación de una jornada laboral de cuarenta horas puede tener efectos positivos en la reducción de la excesiva «burocracia» en las organizaciones. Al fomentar la eficiencia, el enfoque en resultados, el empoderamiento de los empleados, la simplificación de procesos y la promoción de la innovación, se puede crear un entorno de trabajo más ágil y libre de «burocracia» (bureau (buró)-escritorio y cratos-gobierno), lo que conduciría a una mejor productividad y a una mayor satisfacción laboral. En todo caso, aún habrá que realizar algunos trámites «burocráticos» para que la reducción de la jornada se materialice.

Carlos Baquedano Venegas, Facultad Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de Concepción.

Columna opinión de El Sur, Viernes 23 de junio 2023