Aumentar la confianza tiene que ser un objetivo explícito de la política pública…y de la política | FACEA UDEC

Economista del BID, estuvo en la Facea para lanzar el libro “Confianza: la clave de la cohesión social y el crecimiento en América Latina y el Caribe”, del cual es su co-autor

Escrito por Comunicaciones Facea

octubre 28, 2022

Efectivamente, con esa frase el co-editor del libro “Confianza: la clave de la cohesión social y el crecimiento en América Latina y el Caribe”, Carlos G. Scartascini, líder del Grupo de Investigación para el Desarrollo y del Grupo de Economía del Comportamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), inició la presentación de este documento que busca orientar a los responsables de la toma de decisiones en su esfuerzo para incorporar la confianza y la cohesión social en reformas integrales necesarias para abordar los retos más difíciles en esta parte del mundo.

En su presentación, que se efectuó este martes al mediodía en la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Concepción (Facea) y que contó con la presencia del rector Dr. Carlos Saavedra,  los decanos de Facea, Álvaro Escobar y de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Rodolfo Walter Díaz, entre otras autoridades universitarias, del mundo privado y estudiantes de esta casa de estudios, el economista del BID, agregó que sin confianza no hay desarrollo ni crecimiento económico. “La desconfianza es un impuesto al crecimiento”, sostuvo al detallar los alcances del acucioso trabajo de investigación que recoge esta publicación.

Pero, ¿qué entendemos por confianza?, se preguntó Scartascini, y afirmó que es creer que los demás no actuarán de manera oportunista. Que personas, empresas y gobiernos no harán promesas que no puedan cumplir o que violarán normas para aprovecharse.

LAS ASIMETRIAS

El experto sostuvo que la confianza promueve el crecimiento económico cuando es simétrica. Es en contrario a lo que ocurre cuando, por ejemplo, una empresa que vende un producto debe mantenerlo bajo llave para evitar el robo, o tener vigilantes, cajas de seguridad, etcétera, o cuando un empresario que no confía en sus trabajadores debe contratar abogados para que hagan contratos cada vez más complejos o cuando no reciclamos porque no sabemos si quien se lo lleva lo reciclará. Entonces, el valor agregado que se debe destinar para asegurar esas brechas de desconfianza eleva los costos y no hay creación de valor que genere crecimiento económico, puesto que esos costos adicionales no se incorporan a las cadenas de valor.

“La confianza es baja cuando hay asimetrías en el gobierno, en las empresas y en las instituciones”, dice Carlos Scartascini. Y no son nuevas, afirma, “nacieron como el pecado original con la esclavitud, la conquista, el colonialismo que produjeron y perpetuaron grandes diferencias de riqueza y poder en América Latina y el Caribe”.

Estas asimetrías se manifiestan en dos líneas: en la asimetría de información; por ejemplo el que vende un auto usado tiene más información que el comprador que siente más desconfianza y, las asimetrías de poder, como por ejemplo, el que tiene un arma o e que tiene una empresa monopólica y es libre de cobrar lo que quiera.

La buena noticia es que el mundo está cambiando gracias al desarrollo tecnológico  que ha permitido creación de confianza entre las partes. Esto lo ejemplificó con la aparición de aplicaciones como Uber y Airbnb, que se basan en la confianza de sus usuarios y que dependen de ella para crecer.

De la misma manera, dijo, “puede hacerse desde la política pública, con reformas que informan,  que empoderan y fortalecen las instituciones”, y a modo de conclusión, resumió que en todas las lenguas, “del guaraní al ruso, la confianza tiene un componente de esperanza y de fe”.

COMENTARIOS

Tras la exposición y comentarios del libro por parte de su co-autor vinieron los análisis desde tres distintas miradas; desde lo empresarial y gremial, lo social y lo económico.

En ese orden, el presidente de la Cámara de la Producción y Comercio del Biobío, Álvaro Ananías dijo que cree, por su experiencia personal, que “ para los que somos de regiones hay más posibilidades de emprender porque se nos ve como más confiables”. En línea con el tema opinó que parte la pandemia fue una prueba de confianza muy importante, las empresas se hicieron más competitivas y eso abrió un enorme desafío en las relaciones entre trabajadores y empresas. Mencionó, además, que de acuerdo a diversos estudios locales, la gente tiene bastante confianza en las empresas lo que se debe precisamente, al nivel de competencia que existe entre ellas y es que la falta de competencia le hace muy mal a la innovación que es la que permite dar saltos en el desarrollo, sentenció.

En seguida, correspondió comentar el libro desde un prisma social a la académica de Administración Pública y Ciencias Política y directora de CreaSur UdeC, Violeta Montero quien señaló que “es muy difícil implementar instituciones fuertes y vivir en un ambiente de estabilidad política si no hay confianza”.

Sin embargo, advirtió que es posible avanzar en ese sentido desde los territorios, desde las regiones que es el espacio donde los vínculos entre la confianza y el conocimiento son más estrechos, cuestiones que han sido confirmadas a partir del trabajo que desarrollan centros de investigación como el Barómetro del Biobío y CreaSur.

 

VINCULOS TERRITORIALES

Aquí mencionó que los vínculos que están arraigados en los territorios se manifiestan primero en los barrios donde a la autoridad que más conocen las comunidades es al alcalde, por lo que, a su juicio, el desafío es mejorar los niveles de conocimiento de las acciones de éstos, ya que aumenta las posibilidades de crear más confianza. En este sentido, mencionó la relevancia que tienen los medios de comunicación regionales principalmente la radio, en esta tarea.

Este “civismo”, puntualizó Violeta Montero, se da primero entre las juntas de vecinos en sus territorios y allí el mayor nivel de participación permite la mejora en los servicios públicos, en educación, salud, seguridad, etc.

Esta vinculación también se da en el ámbito económico. “La gente tiene una alta valoración de las empresas regionales, por ejemplo en lo referido a la infraestructura portuaria. Los puertos se vinculan estrechamente con los territorios y el rol del gobierno es generar la gobernanza de una logística portuaria y administración pública”.

En tanto, el vicerrector de Asuntos Económicos y Administrativos de la UdeC, Dr. Miguel Ángel Quiroga dijo que la falta de confianza inhibe la colaboración y el crecimiento. Se precisa confianza para la agregación de valor. Por lo tanto aumentar la confianza debe establecerse en las bases de política pública y de acuerdo a la definición que se da es que deben castigarse entonces los comportamientos oportunistas.

Finalmente cerró con la pregunta sobre el rol tiene la educación en la generación de confianza en América Latina.

La respuesta que entrega esta investigación del BID es que invertir en educación es fundamental. Las personas con un mayor nivel de estudios pueden distinguir mejor entre buena fortuna y buen gobierno.

Los interesados en ahondar en estas materias pueden descargar el libro gratis en www.iadb.org/DIAconfianza