Entrevista a Centros de Alumnos de Ing. Comercial y Auditoria
Escrito por Comunicaciones Facea
agosto 4, 2022
Si hay algo que tienen en común los presidentes de los centros de alumnos de Auditoría e Ingeniería Comercial de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la UdeC, es su convicción respecto del rol que tienen frente a sus compañeros, con los más “chicos”, como los llaman.
Uno, es porque ambos son estudiantes con más trayectoria dentro de la Facultad y lo otro, porque son conscientes de que especialmente para los de primero, este 2022 es un año muy complejo.
Por eso es que acompañar y encauzar positivamente las demandas de sus compañeros, en especial de los recién llegados y en un contexto de “presencialidad” después de dos años de casi nulas relaciones interpersonales y reordenar la estructura de sus propias organizaciones estudiantiles, suma esfuerzos a esos desafíos.
En ello coinciden Luciano Oñate Fernández, presidente del Centro de Alumnos de Auditoria (CAA) y estudiante de Cuarto Año y Rodrigo Vergara Delgado (23), quien dirige el Centro de Alumnos de Ingeniería Comercial y cursa ya el 5to Año.
Luciano al igual que Rodrigo, se hicieron líderes casi sin buscarlo. El primero porque pertenecía a un grupo que en pandemia mantuvo comunicación on line y que luego se fue conformando como un centro de alumnos propiamente tal, ya que hasta entonces funcionaban con representantes por curso.
¿Cómo lo hicieron?
“Primero informamos, para que todos quienes quisieran postularse al centro de alumnos se presentaran en una asamblea presencial y como yo ya venía de pandemia y tenía un grupo con el cual conversaba, organicé un centro de alumnos y nos presentamos. No hubo ninguna otra lista así es que oficialmente quedamos nosotros y pudimos reabrir la oficina del CAA. Allí nos encontramos con harta información sobre las actividades que se hacían antes de que nosotros ingresáramos, las que se hacían en conjunto con el ICO”, cuenta Luciano.
Eso impulsó la idea de juntarse con sus compañeros de Ingeniería Comercial y conversar sobre los problemas comunes a todos; como el tema de los baños, las salas, los lugares para comer. “Finalmente, todos somos compañeros, todos venimos a estudiar a la U”, dice.
En la directiva del CAA son 8, pero están en busca nuevos cargos, por ejemplo de género y, delegados para las casas abiertas. Actualmente, están vigentes los cargos de secretario general, de finanzas, académico, de bienestar, de deportes y de eventos y Luciano que ejerce los cargos de presidente y vicepresidente.
Hacerlo bien
“Como es la primera vez que estoy en un cargo, trato de hacerlo bien y que la impresión que quede de mí no sea la que tuve cuando yo entré, que ni siquiera nos recibieron, el centro de alumnos nunca nos orientó y no quiero que con nosotros pase lo mismo. Lo que más me motiva es el bienestar de mis compañeros. Me siento muy cercano a ellos y si puedo ayudarlos eso es lo que voy a hacer, eso es lo que me da satisfacción, dice Luciano que en rigor, representa a cerca de 200 alumnos”, sostiene Luciano.
¿Sientes que como organización estudiantil han tenido una buena acogida por parte de las autoridades de la Facultad? Si. Tenemos muy buena comunicación. Los problemas que hemos planteado hasta el momento han tratado de solucionarlos bien.
En eso concuerda Rodrigo Vergara Delgado, que está en su último año de la carrera de ingeniería comercial. Chillanejo de origen y con 23 años de edad cuenta que tras dos años de clases on line, este es el primer año presencial.
Por ello afirma que estas son las generaciones más “golpeadas”, primero por la intermitencia en su formación producto del estallido social y luego por la pandemia, entonces ha sido un doble esfuerzo llegar al término de la carrera. “No ha sido fácil”, reconoce.
El presidente del Centro de Alumnos de Ingeniería Comercial (ICO), recuerda que durante la pandemia, no hubo centro de alumnos “así es que nos organizamos como Consejo con diferentes secretarías; bienestar, finanzas, secretaria general que era el nexo de los estudiantes con el centro de alumnos para el tema de las publicaciones en redes sociales y la secretaría académica, que era el vínculo con los profesores”.
En ese periodo, se eligieron personas que querían ser y se presentaron de manera voluntaria. “Yo quedé en la secretaría ejecutiva que cumple el rol del presidente, junto con Camila Yáñez que es la vicepresidenta. Durante la pandemia estaba también Javier Ávila que egresó este año y que ejercía el rol de secretario general que tuvo un papel muy importante en la pandemia, porque él es mayor que nosotros, tenía una vasta experiencia con centros de alumnos anteriores y supo guiarnos al igual que Camila”.
Nuevas experiencias
Ninguno de los dos participó antes como dirigente en su vida escolar. “Nunca me llamó la atención, pero ahora con lo que estaba pasando en la pandemia se necesitaban las personas. Lo hice y cuando volvimos a la presencialidad teníamos que ver cómo se hacía en este nuevo contexto. Llamamos a una asamblea a mediados de marzo de este año y se hizo una votación. Se formaron las mismas secretarías, pero se postularon personas y a través de votación nuevamente fui nombrado en la secretaria general y Camila y decimos formar el consejo con las personas que salieron elegidas en esa votación”.
En este regreso había que tener un orden, dice Rodrigo. “Tenemos los chicos que ingresaron este año, los que entraron en pandemia y ellos claramente no iban a tener tiempo para organizar un centro de estudiantes. Entonces, iban a necesitar a gente que los guiara. Entendimos que la presencialidad sería algo nuevo para muchos y sentí que era el momento para ejercer la labor que ya tenía durante la pandemia”.
Tras aquella asamblea, Rodrigo fue elegido en la secretaría ejecutiva y ahí se decidió que él fuera presidente, de una organización estudiantil que representa a unos 650 alumnos.
Y si bien Rodrigo no se queja de estar donde, “porque de verdad siento que ayudamos, que nos preocupamos por la salud y el bienestar estudiantil”, admite que el trabajo ha sido sumamente complicado, porque estas generaciones son las que estuvieron en pandemia, y el tema de enfrentarse a esta nueva realidad de las clases presenciales ha afectado su salud mental.
Sus legados
Yo quiero egresar este año y dejar un legado, un sello, de que nuestro trabajo les haya servido a los estudiantes en el sentido de sus problemáticas fueron escuchadas. Recuerda que “cuando ingresa tiene expectativas de su carrera y de su facultad y a medida que pasan los años ocurren ciertas cosas y no me gustaría de que los chicos se vayan decepcionando de cómo funciona la Facultad, en el sentido de que sus expectativas no se cumplan”, dice Rodrigo.
Por eso está convencido de la importancia de mantener el vínculo con ellos para conocer sus problemáticas y hacerlas llegar a las personas que toman las decisiones en la Facultad, sobre todo con un tema que ha estado muy presente hoy y que es el de la salud mental, sobre todo de los alumnos menores. Destaca la buena comunicación con el jefe de carrera respecto a eso, pero lo que le preocupa es el rol de la Universidad. “Creemos que es necesario que se preocupe un poco más de la salud mental de los alumnos de todas las facultades”.
Luciano agrega que se ha hablado de pedir que vengan más sicólogos a la Universidad, pero en vez de preocuparse de sicólogos creemos que una buena alternativa sería hacer más actividades y no solamente llegar acá, estudiar, irse, seguir estudiando en la casa. Eso es lo que lleva a estresarse más y entrar en crisis. Este debió ser un proceso más gradual. Fue muy de golpe el cambio que tuvieron todos. No hubo por ejemplo una nivelación para los chiquillos lo que va a llevar a una tasa muy alta de reprobación y eso era algo que se veía venir antes de entrar a clases. Hacer un taller o algo para que se nivele un poco no creo que modifique tanto el calendario que hay.
En esa misma línea, Rodrigo añade que “aquí no estamos hablando de estudiantes flojos o que no quieran estudiar, sino que a ellos no se les insertó en el mundo universitario como había que hacerlo. Yo tuve mis dos primeros años presencial y me adapté, pero el primer año es sumamente complicado. Pero estos alumnos, que vienen de vuelta de una pandemia, que vienen del colegio donde solo tuvieron clases on line, no vienen con una buena base”.
Obviamente, dice Rodrigo Vergara, “todo está en los libros, pero también hay que pensar en el impacto del mundo universitario para un niño, porque son niños, y me da pena porque creemos que este semestre va a haber una gran tasa de reprobación”, concluye.
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