Dr. Miguel Sánchez Villalba presentará un paper en la 34° Conferencia Internacional sobre Teoría de Juegos del Stony Brook Center for Game Theory de la Universidad de Stony Brook (New York) | FACEA UDEC

El académico del Departamento de Economía de FACEA UdeC participará con una presentación en la conferencia, junto a académicos de Harvard, MIT, Princeton o Yale, entre otras universidades.

Escrito por Adolfo Hernández

junio 12, 2023

Miguel Sánchez Villalba, académico del Departamento de Economía e investigador en microeconomía, con aplicaciones en economía pública, economía experimental y economía política.

 

La trigésima cuarta Conferencia Internacional sobre Teoría de Juegos del Stony Brook Center for Game Theory de la Universidad de Stony Brook, que se llevará a cabo del 24 al 27 de julio en Nueva York, Estados Unidos, aceptó el paper titulado “Entry in Generalized Beauty Contests” del investigador Dr. Miguel Sánchez Villalba, académico del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Concepción, en conjunto con la investigadora de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), Dra. Silvia Martínez Gorricho. La participación del profesor en la conferencia es posibilitada por el Proyecto de Investigación Código DIREG 18/2021 de la UCSC.

En esta Conferencia, una de las más prestigiosas del mundo sobre Teoría de Juegos y que abarca todas sus áreas, el profesor Sánchez Villalba participará junto a académicos de universidades tales como Harvard, MIT, Princeton o Yale, incluyendo a uno de los dos ganadores del Premio Nobel 2020 de Economía, el investigador estadounidense Paul Milgrom.

Al respecto, el profesor Sánchez indicó que su paper trata sobre un tipo de juego –descubierto por John Maynard Keynes– denominado “Concurso de Belleza Generalizado” (CBG), en el cual cada jugador enfrenta la tensión entre dos objetivos: por un lado, coordinarse con otros jugadores y, por el otro, seguir sus preferencias personales. Esto puede verse, por ejemplo, en redes sociales como Instagram, en la que sus usuarios al subir sus fotos buscan, tanto las interacciones de otros usuarios (seguir la norma social), como perseguir sus propios gustos fotográficos (personal).

“La novedad en nuestro paper radica en que nosotros permitimos que las personas decidan si participan o no del juego (en el ejemplo, si usan la red social o no)”, explicó el profesor Sánchez Villalba, agregando que “esto nos permite distinguir entre la ‘comunidad’ de participantes y la ‘economía’ en su conjunto, así como estudiar la ‘norma social’, el tamaño y la composición de la comunidad (conceptos que son ignorados por la literatura, pues implícitamente supone que todo el mundo participa del CBG). Esta distinción es importante, no solo porque es poco creíble que todos seamos usuarios de una única red social, sino porque el ‘dueño’ de dicha comunidad puede tomar decisiones muy perjudiciales para sí mismo y su producto si no la toma en cuenta”, indicó.

En términos de resultados, el profesor Sánchez Villalba destaca que el modelo siempre presenta al menos un equilibro, aunque puede haber más de uno, y que cada uno de ellos puede ser indexado por la norma social que emerge en equilibrio en los mismos. Aún más, dichos equilibrios están asociados con la distribución de los “tipos” de personas en la economía (es decir, con cómo están distribuidas las preferencias de los individuos), y más concretamente con los máximos de dicha distribución. Esto tiene la consecuencia inesperada de que, en equilibrio, la comunidad que se observa es la más grande posible (para un grado dado de heterogeneidad entre sus miembros), aun cuando la utilidad de los individuos no está directamente afectada por el tamaño de la comunidad a la que se unen (antes bien, solo les interesa juntarse con personas de “tipos” similares al suyo).

El paper también analiza cómo los resultados cambian al variar los parámetros del modelo, y más específicamente con el “atractivo” de la comunidad (en el ejemplo, este podría ser las herramientas de edición de fotos disponibles para los usuarios). Como es de esperar, al aumentar el “atractivo” de una comunidad, el tamaño de esta aumenta, pero también –y este es otro resultado novel del paper– es esperable que varíe la composición de la comunidad. Esto debido a la entrada de nuevos participantes (atraídos por las mejores condiciones) pero también –y simultáneamente– por la salida de algunos participantes antiguos. En efecto, el cambio en la norma social de equilibrio puede ser tan importante que algunos prefieran abandonar la red social y, por ejemplo, abrir su página personal.

Esto sería un llamado de atención a los dueños de estas comunidades, puesto que incluso algo aparentemente beneficioso como aumentar el atractivo de estas (en el ejemplo, mejorar las herramientas de edición de fotos), puede generar un cambio inesperado e indeseado en la composición, que incluso puede ser irreversible.

“Nótese que esto nunca podría suceder en el modelo estándar de la literatura, pues allí aumentar el atractivo del juego produce una mejora inequívoca del bienestar de todos los jugadores. Por tanto, el dueño de una comunidad que siga esta recomendación podría terminar inesperadamente perjudicado por el cambio en la composición de la comunidad. Por ejemplo, si tengo un restaurante de alta gama y decido bajar los precios, aumentará la cantidad de clientes, pero también la composición de la clientela, lo que puede ser contraproducente para la marca”, explicó el profesor Sánchez Villalba, añadiendo que “este modelo es muy versátil y fácilmente aplicable para el modelado y análisis de otros escenarios económicos, políticos y sociales de relevancia”.