«Y creo que una redistribución es bien mirada, dadas las enormes desigualdades que existen en ingreso y riqueza en el país. Sin embargo, la redistribución no genera mayor riqueza, sino que sólo reasigna lo existente.»
Existen actualmente enormes demandas económicas, sociales y ambientales en el país. ¿Como puede el manejo económico contribuir a satisfacer estas demandas? Para responder a esta pregunta creo que es importante distinguir distintas perspectivas de tiempo: Corto plazo (1-2 años), mediano plazo (3 -5 años) y largo plazo (6 y más años). El manejo macroeconómico de corto plazo en Chile ha sido adecuado durante la actual administración. Ha permitido evitar una potencial estanflación (mezcla de recesión con inflación) que amenazaba al país a finales del año 2022.
Esto fue posible gracias a la implementación de una política macroeconómica coordinada entre el Ministerio de Hacienda y el Banco Central que ha propendido a reducir la inflación y balancear las cuentas fiscales en forma paulatina. De tal forma, la inflación está decreciendo y el impacto negativo sobre el nivel de actividad económica se ha minimizado. Esto va a tener beneficios en términos de menor incremento en los precios y paulatinamente en recuperación de la actividad económica y el empleo.
Todo esto son buenas noticias, pero sólo desde una perspectiva de corto plazo. Esta política nos puede llevar a que transitemos hacia nuestra trayectoria de crecimiento de largo plazo con perturbaciones bajas en relación con nuestra realidad de entrada. Pero no garantiza que se resuelvan las demandas que tiene la población, como mejores pensiones, más salud, mejor educación, mayor habitabilidad, ambiente más limpio, etc. Para esto se requiere disponer de mayores recursos que los disponibles en el status quo.
Una forma de adquirir estos es a través de una redistribución de los recursos existentes, por ejemplo, a través de una reforma tributaria (mediano plazo). La redistribución puede mejorar las condiciones de los que tienen menos, siempre que la redistribución sea bien hecha. Y creo que una redistribución es bien mirada, dadas las enormes desigualdades que existen en ingreso y riqueza en el país. Sin embargo, la redistribución no genera mayor riqueza, sino que sólo reasigna lo existente. Y no todos los problemas se pueden financiar con redistribución. Se requiere generar mayor riqueza.
Para esto la economía debe crecer. Pero la trayectoria de crecimiento de la economía es baja. El crecimiento tendencial en Chile, de acuerdo al Banco Central, sería 2,1% anual. Con un crecimiento de la población en torno al 1% anual, esto significa que el producto per cápita puede crecer en forma sostenida en alrededor de 1 punto porcentual por año. Esto es, si el ingreso real por cada habitante de este país es 100, va a crecer a 101 cada año.
¿Es esto suficiente para resolver las demandas sociales que se visualizan en el futuro en la sociedad chilena? Parece insuficiente. Por ello, en el largo plazo, se requiere aumentar el ritmo de crecimiento de la economía. Esto no significa necesariamente producir mayores cantidades de todo lo que producimos, pero si aumentar el valor de lo que producimos.
Para ello se requiere una clara política de fomento a la innovación e inversión en bienes y servicios que generen valor y medidas que sean consistentes con esta política. Este tema está prácticamente ausente de la discusión pública.
Dr. Jorge Dresdner C. Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de Concepción. Columna opinión de El Sur, Viernes 16 de junio de 2023 |
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