«Es importante que nuestras expectativas estén alineadas con la realidad y no sobre reaccionar por datos que son atípicos. La recuperación moderada es el mejor y más probable entorno económico.»
Durante la semana que recién termina hubo dos noticias importantes por parte del Banco Central de Chile (BC) y que han sido consideradas positivas y auspiciosas para la recuperación de la actividad económica para este año y el próximo, después de un crecimiento nulo y para algunos recesivos durante el año pasado.
La primera es la publicación del Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de julio, que creció un 4.2% con respecto a igual mes del año anterior, muy por encima del 2.5% que eran las expectativas del mercado. Al mismo tiempo, el BC en su reunión de septiembre redujo la tasa de política monetaria (TPM) en un cuarto de punto porcentual situándola en 5.5% y por lo tanto mucho más cerca de lo que se conoce como la tasa neutral y que el instituto emisor estimo entre 3.5% y 4.5%. Esto es, un costo del dinero o endeudamiento que no es contractivo (caro) ni expansivo (barato). Sin embargo, estos últimos datos del Imacec hay que analizarlo con cautelas ya que la actividad económica de julio podría ser solo un dato atípico y lejos.
La evolución de la economía nacional en los primeros seis meses de este año ha estado marcada por una recuperación de la actividad económica muy moderada. Los datos trimestrales muestran que el PIB del primer trimestre de 2024 creció 2.3% con respecto a igual periodo del año anterior. Sin embargo, los datos del Imacec de mayo y en especial junio muestran que la actividad económica se está desacelerando en los últimos meses con un crecimiento de la actividad de 1.1% y 0.1% respectivamente. Probablemente junio fue un mes atípico y lo más esperable es que la actividad económica esté más cercana al 2%. En efecto, en el análisis de coyuntura del último Informe Económico Regional (IER) de la edición de julio hemos mantenido nuestra proyección de la edición de diciembre 2023 donde proyectábamos un crecimiento para este año de un rango entre 1.25%y 2.25%. La razón detrás de ello es que la demanda interna, especialmente la inversión y en menor medida el consumo, seguirá deprimida, lo que junto un volumen más bajo de exportaciones que el año pasado hacen un escenario con un nivel de gasto débil. Esto se hace evidente al conversar con el comercio minorista que han visto cómo sus ventas siguen muy deprimidas.
La rebaja de la TPM demuestra que la inflación de tendencia y las expectativas se están alineando con la meta de 3% , ygeneranespacios para una baja adicional, como ocurrió en la última reunión del BC. El IPC de junio, índice con el cual medimos la inflación, fue negativo, con una variación de -0.1%, una inflación acumulada en los primeros seis meses del año de 2.4% y una inflación anual de 4.2%. Nada de malo después de todo, especialmente si consideramos que hace un poco más de un año la inflación anual en Chile subía a un ritmo de 12%, lejos de su meta de 3% que el BC nos tenía acostumbrado por casi 10 años. Es importante ver la evolución del IPC en los próximos meses para un retorno a la tasa neutral. En todo caso, lo que ocurra con las tasas en este segundo semestre y su efecto en la a actividad económica tendrá sus efectos a partir del próximo año.
Es importante que nuestras expectativas estén alineadas con la realidad y no sobre reaccionar a un optimismo influenciado por datos que son atípicos. El escenario de una recuperación moderada es el mejor y más probable entorno económico para lo que queda del año y el próximo.
Dr. Iván E. Araya Gómez, Facultad Ciencias Económicas y, Administrativas, Universidad de Concepción. Columna opinión de El Sur, Viernes 06 de septiembre de 2024 |
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