«En un escenario de incertidumbre como el que enfrenta Chile, es urgente que las autoridades den señales potentes para aumentar las inversiones, base para reactivar la economía y el empleo.»
El desarrollo de la guerra de Israel y Palestina muestra un escenario de desolación que está dejando miles de muertos y destrucción catastrófica de ciudades. Conflicto que con el paso de los días va escalando, generando mucha incertidumbre respecto a su duración y la participación de otros países que pudieran involucrarse por razones políticas, religiosas o económicas.
La magnitud de este tipo de acontecimientos, al igual que el conflicto Ucrania – Rusia y la misma pandemia que afectó a la humanidad, generan efectos económicos que se transmiten a través de los mercados, financieros y la actividad de comercio internacional, alterando las cadenas de producción y distribución, dando paso a presiones inflacionarias e inestabilidad en el precio de las monedas.
El aumento en el precio del petróleo ha escalado a casi US$90 el barril, golpeando fuertemente el precio de los combustibles en nuestra economía, agravándose por persistentes aumentos en el precio del dólar, golpeando el precio de bienes y servicios que forman parte de la canasta familiar, en momentos en que nuestra economía aún resiente los efectos generados por la pandemia del covid y los efectos de la invasión rusa a Ucrania.
Una agudización del conflicto en el Medio Oriente implica precios del crudo más altos, que pueden generar mayor volatilidad en los mercados, y riesgos de un rebote inflacionario, de la mano con efectos en el tipo de cambio para muchos países, y, por cierto, también Chile. Pero, esto se viene dando en nuestra economía, debido a la persistente depreciación del peso, a consecuencia, del diferencial de tasas de interés que tenemos con EE.UU., que impacta al tipo de cambio.
Pero no solo causas externas explican la inestabilidad del dólar, sino que, en las últimas semanas, las presiones alcistas de la divisa responden también a causas internas especulativas, debido a un escenario incierto y de incertidumbre interna para los agentes económicos, ante lo cual, buscan refugio en el dólar y otros, que dada las condiciones más flexible y de menor incertidumbre en otros países optan por efectuar sus inversiones en esos lugares, generando salidas de divisas y aumentando con ello el precio del dólar localmente.
Los efectos de este conflicto nos llegan en momentos complejos por la inestabilidad e incertidumbre interna que se conjuga con los resultados que muestran algunos indicadores como: una tasa de crecimiento para este año negativa, que podría situarse en -0,5% según estimaciones del Banco Central y el FMI, un desempleo del 9%, una inflación que aun cuando ha ido cediendo, persisten factores de riesgo externo por aumentos en precio del petróleo, por una apreciación internacional del dólar, por bajas en el precio del cobre debido a caídas en la actividad económica de China.
En lo interno, una serie de gastos que posiblemente no han sido considerados en el presupuesto, pero que formaron parte de las soluciones planteadas en el programa de gobierno del presidente Boric, u otras situaciones, tales como deuda histórica del profesorado, gratuidad del CAE, reincorporación del personal que trabajo en sector salud para tiempo de pandemia. La persistencia y presiones pudiera llevar al gobierno a ceder, lo que significaría aumentos en el gasto más allá de lo presupuestado, comprometiendo con ello, el camino para alcanzar la meta de inflación del Banco Central.
Es urgente que las autoridades entreguen señales potentes, para aumentar las inversiones.
Víctor Hernández Roldán, Facultad Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de Concepción.
Columna opinión de El Sur, Viernes 20 de octubre 2023 |
Comentarios recientes