La difícil situación de CAP Acero | FACEA UDEC

«Si se aplican salvaguardas, se debe entregar señales de que se trata de un proyecto rentable en largo plazo desde el punto de vista social y que el compromiso con el territorio y la comunidad existe.»

Ha trascendido en los últimos meses la difícil situación financiera que atraviesa la Compañía Siderúrgica Huachipato S.A., empresa perteneciente al grupo Compañía de Aceros del Pacífico (CAP). Esto se refleja en que la Siderúrgica presenta enormes pérdidas por más de 1.000 millones de dólares desde 2009, lo que supera el valor de bolsa de esta compañía.

Accionistas del Grupo CAP han dicho que lo que corresponde es cerrar la compañía. Recientemente, la compañía anunció el cierre de una planta (laminador de barras Talcahuano), lo que va a implicar una reducción en producción de 10% y efectos sobre el empleo regional que la compañía genera.

Las razones que da la empresa para el pobre desempeño es el aumento del acero importado de China que invade los mercados mundiales a bajos precios. Se acusa a China de ofrecer productos del acero a precios bajo su precio de venta en China (dumping). Por esta razón la compañía solicitó la intervención de la Comisión Nacional de Distorsiones de Precios en Mercaderías Importadas (Cndp). La Cndp aceptó la denuncia interpuesta y está realizando una investigación por eventual práctica de dumping. De concluir efectivamente esto, puede proponer al Presidente de la República la aplicación de sobretasas arancelarias para proteger a la producción nacional.

Con estas sobretasas, el acero chino entrará al mercado chileno con un precio más alto y esto puede redirigir la demanda por acero a la producción doméstica. Pero al mismo tiempo esto va a significar que las empresas que utilizan productos del acero para sus procesos van a tener que pagar un precio más alto. Se trata de un «subsidio» de los usuarios del acero a una empresa privada como es Siderúrgica Huachipato.

¿Es este subsidio justificable? Si se tratara de una decisión económica privada, donde el único objetivo es maximizar la rentabilidad de la inversión financiera, parece razonable cerrar la empresa, invertir esos recursos en una colocación más rentable, y seguir comprando acero barato chino. Pero la historia de la CAP indica, y así parece estar grabada en el ideario regional, que se trata de algo más que una inversión sólo por motivos financieros. Esta empresa nació en el año 1946, originalmente como una empresa de propiedad mixta para promover el desarrollo industrial. En 1987 se privatizó en un 100%.

Sin embargo, siempre fue más que sólo una inversión financiera. Es una empresa que tiene una fuerte ligazón regional, alta importancia para el empleo y la producción regional. Ha generado actividades adicionales como desarrollo de clubes deportivos y actividad artística. Finalmente, es una empresa que tiene carácter de estratégica, porque asegura el suministro doméstico de acero en caso de crisis o conflictos internacionales, y tiene potencialidad para la innovación y el desarrollo tecnológico.

Desde esta perspectiva es posible justificar pagar un precio más alto por el acero. Esto es un subsidio que entrega la sociedad para mantener una empresa por motivos adicionales a la rentabilidad privada. Sin embargo, si ésta es la razón para implementar salvaguardas, se debe entregar señales claras de que se trata de un proyecto que es rentable en el largo plazo desde el punto de vista social y que el compromiso con el territorio y la comunidad existe.

 

Dr. Jorge Dresdner C. Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de Concepción.

Columna opinión de El Sur, Viernes 23 de febrero de 2024