«Esperamos que desde el cuarto trimestre en adelante el consumo retome una senda que para el 2024 nos acerque a su nivel de tendencia, dando con ello las primeras señales del fin del ajuste.»
Durante la segunda semana de julio el Informe Económico Regional (IER) de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Concepción entregó a la comunidad de la región del Biobío su análisis sobre el curso de la economía de la región y las perspectivas y proyecciones para el cierre de este año y el próximo.
La economía de la región al igual que la economía nacional han continuado mostrando que se encuentran en una fase del ciclo marcada por una evidente desaceleración de la actividad económica, pero a través de una senda distinta. Tal como se indicó en el IER del mes diciembre 2022, este ajuste esperado ha sido producto de las políticas antinflacionarias implementadas por el Banco Central de Chile llevando la tasa de política monetaria (TPM) desde 4.21% en enero del 2022 a 11.25% en la actualidad y que se ha mantenido inalterada desde el mes de octubre de 2022. Esto ha significado una desaceleración y posterior contracción del gasto privado (demanda) desde la segunda mitad del año 2022, especialmente el consumo y con ello afectando fuertemente al comercio.
De igual manera, la inversión privada ha mostrado una notoria caída, especialmente en el sector de la construcción. Este ajuste se ha hecho más notorio durante este primer semestre del año 2023 para ambos componentes del gasto. Al mismo tiempo, este ajuste de la demanda interna se suma a la evolución de las exportaciones y la demanda externa la que se ha ido ajustando hacia volúmenes relativamente más bajos, aunque los datos de los primeros meses de 2023 muestran una mejora del volumen exportado, influenciado por los vaivenes de la economía de sus dos principales socios comerciales como lo son EE. UU. y China, afectando principalmente al sector industrial (manufacturero).
Esta fase cíclica que a mostrado una desaceleración de la actividad económica regional, mayor que a nivel nacional durante gran parte de 2022, ha impactado negativamente el mercado laboral de la región, especialmente el empleo y la participación laboral.
Considerando los escenarios económicos nacional, mundial y los impactos de la política monetaria en el control de la inflación, el año 2023 seguirá siendo de ajuste para la región donde la demanda interna, especialmente el consumo privado seguirá deprimido con niveles por debajo de los valores prepandemia. Esperamos que desde el cuarto trimestre en adelante el consumo retome una senda que para el 2024 nos acerque a su nivel de tendencia, dando con ello las primeras señales del fin del ajuste.
Con respecto a la evolución de las exportaciones regionales y la demanda externa, considerando las proyecciones para las economías de nuestros principales socios comerciales y el precio internacional de nuestros principales producto de exportación (celulosa) el volumen de exportaciones (demanda externa) debería estar marginalmente por debajo del nivel observado el 2022. Las perspectivas para el 2024 deberían ser más auspiciosas con el inicio de la fase expansiva del ciclo mundial.
Considerando las perspectivas para la demanda interna y externa para la región proyectamos que la actividad económica regional seguirá deprimida durante el 2023 y por lo tanto el crecimiento del PIB regional el 2023 debería ser cercano al del año pasado, esto es alrededor de 1.8%. Las perspectivas de crecimiento para el 2024 deberían mejorar con el término del ajuste, lo que conlleva tasas de crecimiento por sobre el 2% en la medida que vayamos convergiendo hacia su tendencia de crecimiento de largo plazo.
Dr. Iván E. Araya Gómez, Facultad Ciencias Económicas y, Administrativas, Universidad de Concepción. Columna opinión de El Sur, Viernes 14 de julio de 2023 |
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