Misterioso uso de recursos | FACEA UDEC

«¿Cómo se gastaron estos recursos? Es un misterio. Enigma que el Cuech, se ha mostrado reticente a dilucidar, a pesar de los insistentes llamados a la transparencia en el uso de estos recursos.»

Al poco tiempo de constituida, la Convención Constitucional exigió recursos para mejorar las condiciones de trabajo y asignaciones de sus integrantes, adicionales a los que se tenían originalmente dispuestos para su desarrollo.

Comprensiblemente, la opinión pública no valoró aquello, sobre todo cuando el objetivo era aumentar en más del doble las asignaciones. A pesar de la polémica, la Convención se declaró autónoma y soberana, por lo que decidió autoaumentarse los recursos económicos con los que iba a contar.

Hacia fines del 2021 este órgano informó de «ahorros» en sus gastos, al mismo tiempo que firmaba un convenio con el Consorcio de Universidades del Estado de Chile (Cuech), para traspasarle más de 974 millones de pesos de estos ahorros. Así, comienza a gestarse un misterio: a la Convención le habían «sobrado» casi mil millones de pesos que ahora el Cuech iba a utilizar para apoyar procesos de participación ciudadana. ¿Cómo se gastaron estos recursos? Es un misterio. Enigma que el Cuech, hasta el momento, se ha mostrado reticente a dilucidar, a pesar de los insistentes llamados a la transparencia en el uso de estos recursos. Como la insistencia de un grupo de convencionales que en febrero del 2022 empezaron a pedir información respecto al convenio y a la rendición de gastos. La respuesta de la mesa directiva de la Convención fue insatisfactoria: se limitó a confirmar el traspaso de platas y listar las actividades en las que «debería» gastarse el dinero el Cuech.

Cuales investigadores privados, este mismo grupo de convencionales, envió cinco otros oficios a la mesa directiva para insistir en obtener información de este gasto, considerando la ingente suma y su origen (fondos públicos).

Con esto, se logró que la Convención emitiera un informe, tipo rendición de los recursos transferidos al Cuech, logrando conocerse la ejecución presupuestaria del 28% del total, equivalentes a $272 millones. Estos se gastaron en agencias de publicidad e insertos en medios de comunicación como el diario Las Últimas Noticias.

Posteriormente, el Consejo para la Transparencia le ordenó entregar información de sus gastos, incluyendo pagos en proceso constituyente, pero el Cuech se negó. Justificó su negativa diciendo que no se le aplicaría la ley de transparencia, ya que es una persona jurídica privada y, por lo tanto, no estaría obligado a responder. Pero además, el Cuech interpuso un recurso de protección, para no informar, que fue declarado inadmisible por la Corte de Apelaciones de Santiago.

¿Cómo se resuelve el misterio? Informando en qué se gastaron los recursos públicos. Menos dilaciones se esperaría de un Consorcio de Universidades y más transparencia, ya que la regla es que cuando una Universidad realiza gastos públicos debe entregar a toda la ciudadanía la información de en qué y por qué lo hizo.

Se puede concluir de este enigma, que I) hubo misteriosas prácticas por parte de la Convención; II) el Cuech se está permitiendo forjar una reputación de poco transparente; III) las Universidades forman profesionales en diversas disciplinas, como la administración, auditoría y economía, y por lo tanto, resulta paradójico que no den el ejemplo de excelencia en la gestión de fondos públicos y su rendición de cuentas (sin profundizar en la formación de valores que les cabría).

Misterio aún por resolver.

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Sergio Escobar Miranda, Facultad Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de Concepción.

Columna opinión de El Sur, Viernes 17 de febrero 2023