Política económica para el 2023 | FACEA UDEC

» Para lograr el equilibrio macroeconómico se debe contener el incremento en los precios y fomentar la inversión pública y privada que genere nuevos puestos de trabajo y mayores ingresos.»

La economía chilena muestra una clara desaceleración. El Banco Mundial pronosticó para Chile este año un crecimiento positivo, pero bajo, un leve retroceso en el nivel del producto nacional para el año 2023, y un crecimiento de 2,2% durante el 2024.

Cabe mencionar que se trata de proyecciones, pero que más allá de los pronósticos puntuales, indican una muy probable trayectoria, en términos cualitativos, para la economía chilena este año y los próximos dos años. El contexto en que esta evolución se proyecta es una economía que está en un proceso de ajuste muy significativo a raíz del gran desequilibrio vivido en años anteriores, en un ambiente de alta variabilidad en los precios de materias primas y el tipo de cambio, y alta incertidumbre tanto interna como externa.

Cabe mencionar que, en el mercado externo, el fantasma de una recesión también se asoma. En el plano interno, se está reduciendo el exceso de demanda por consumo, producto en parte de una política monetaria restrictiva que ha subido el costo del dinero, pero que al mismo tiempo afecta negativamente la inversión, y en parte por los mecanismos de ajuste autónomos de los mercados.

Para completar el cuadro macroeconómico, existe una alta inflación, y un estancamiento en el mercado laboral. La alta inflación tiene tanto causas internas (exceso de demanda) como externas (tipo de cambio y precios internacionales).

De momento, lo que más se percibe a nivel de los hogares son las alzas de precios que reducen el poder de compra de la población. Cabe mencionar que la inflación es un mecanismo de ajuste autónomo de los mercados que se produce por el exceso de gasto existente en la economía. Pero es un mecanismo que golpea en forma desigual a distintos sectores de la población, afectando especialmente a los sectores de menores ingresos que tienen menos posibilidades de protegerse contra la inflación. Probablemente el estancamiento del mercado laboral va a hacer más difícil conseguir trabajo y reducir los ingresos laborales el próximo año y esto se va a empezar a percibir en forma paulatina a nivel de los hogares.

La pregunta es cuál es la política macroeconómica por seguir con este panorama. Sin duda, hay elementos de ajuste automático funcionando, y esto podría llevar a pensar que el gobierno no debería intervenir y dejar que estos mecanismos funcionen por sí mismos. Pero este tipo de ajuste toma tiempo y no es equitativo socialmente, y los tiempos son importantes desde la perspectiva social.

Para lograr el equilibrio macroeconómico, se debe contener el incremento en los precios y al mismo tiempo fomentar la inversión pública y privada que genere nuevos puestos de trabajo y mayores ingresos. Por ende, no sólo se debe actuar sobre la demanda, sino también sobre la oferta agregada.

Debe haber una preocupación especial por los sectores con mayor desprotección, pero esta intervención debería ser en forma selectiva y focalizada. Para lograr esto la política macroeconómica debería ser globalmente restrictiva pero heterogénea sectorialmente, de forma que fomente el crecimiento y la protección de los grupos más desamparados de la población. Para ello, la coordinación de los distintos instrumentos de política macroeconómica parece esencial.

Dr. Jorge Dresdner C, Facultad Ciencias Económicas y, Administrativas, Universidad de Concepción.

Columna opinión de El Sur, Viernes 07 de Octubre de 2022