«Se debe estar de acuerdo con las medidas oportunas que el Banco Central ha tomado respecto de la Tasa de Política Monetaria, para recuperar los niveles aceptables de inflación».
Junto con el período de inicio del nuevo Gobierno, el panorama económico se apropia de la agenda, dada una serie de medidas tomadas, junto a otras que se anunciarán en la semana, por parte de las autoridades del área económica, consistentes en un paquete de ayudas financieras.
Estas decisiones pretenden lograr metas que permitan llevar a la economía por el camino correcto y devolviendo al nivel deseado a varios de sus indicadores, actualmente fuera de los rangos fijados, para alcanzar objetivos pretendidos tanto por la política monetaria, como por la política fiscal, en el corto y mediano plazo.
Sin duda, no deja de ser preocupante, el escenario económico inestable que se ha hecho presente, nublando de alguna forma el panorama de los planes en carpeta no solo por el Gobierno, sino también por el Banco Central, que tiene como una de sus principales misiones, tener bajo control a la inflación.
La medida tomada por el Banco Central, respecto de la fuerte alza de la tasa de política monetaria, quedando en un 7%, está en la dirección correcta, dado que la inflación superará, dentro de los próximos meses, en más del doble del nivel anual fijado como meta, el cual es de un 2% a un 4% y que en el último semestre se ha disparado en su tendencia al alza.
La considerable alza en esta tasa de interés, si bien debe considerarse una decisión correcta e impostergable, para alcanzar los efectos restrictivos deseados, causa de inmediato una serie de impactos, como por ejemplo, incrementa de inmediato el costo de financiamiento de corto plazo y largo plazo, tanto para las empresas como para los nuevos créditos solicitados por las personas y por este camino se procura llegar a disminuir las presiones inflacionarias originadas por el fuerte crecimiento del consumo.
Este problema tiene varios factores detonantes, desde las ayudas económicas a las familias en el momento de la pandemia, a las empresas en lo relativo a lo laboral, a los retiros de los 10% desde los Fondos de Pensiones y por factores externos como el alza del precio del petróleo, energía y transporte, por el tema del incremento del precio del dólar y por último la guerra presente en Europa. Es decir, un conjunto de causas internas y parte más acotada atribuible al sector externo. Por otra parte, el exceso de liquidez presente en la economía derivado de factores internos, causó un fuerte incremento relativo en la tasa de demanda, sobre una oferta que no puede reaccionar de la misma forma, y allí también incide la tasa de inversión, que no logra crecer en los niveles deseados.
Se debe estar de acuerdo con las medidas oportunas que el Banco Central ha tomado respecto de la tasa de política monetaria, con el objetivo que seguramente es su principal preocupación, como es recuperar los niveles aceptables de inflación, sino además por las tergiversaciones que provoca y en particular por sus efectos nocivos en el gasto y demanda de las familias, causado por el «impuesto» inflación. Por lo anterior, la tasa de política monetaria seguramente seguirá en la senda de llevar a la tasa de inflación a sus niveles pre fijados y debe tenerse presente también que esta última tasa, de manera más sencilla se acelera, pero se «sufre» para devolverla a su rango meta.
Dr. Juan Saavedra González, Facultad Ciencias Económicas y, Administrativas, Universidad de Concepción,- |
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