«El IPC sufre de una fuerte volatilidad por factores transitorios que distorsionan la información sobre la inflación. Y a partir de febrero cambió la composición de la canasta con que se mide el IPC.»
La inflación en Chile ha sido una de las más altas con respecto a otros países y regiones después de un largo periodo de inflación baja y estable. Al mismo tiempo, Chile fue de los primeros países en aplicar medidas antiinflacionarias en forma agresiva subiendo sus tasas de interés a valores históricamente altos. El peak de inflación ocurre el 2022 llegando al 14% en julio, la más alta en 30 años, y cerrando el año por sobre el 12%. En este escenario inflacionario y como respuesta del ente emisor, la tasa de política monetaria (TPM) subió desde 0.75% en enero de 2022 a 11.25% en octubre de ese mismo año con el objeto de llevar la inflación a su meta de 3%. Una de las respuesta más rápidas y agresivas al comparar con otros bancos centrales del mundo. Desde julio del año pasado a la fecha y en vista la trayectoria de la inflación la que cerró el año en casi 4% el ente emisor inicio un proceso de reducción de la tasa de política monetaria llegando esta hoy a 7.25%.
No cabe duda con estos datos demuestran el compromiso y determinación del Banc0 Central de controlar la inflación y retornarla a su meta de 3% durante el 2024. Sin embargo, los datos de la evolución del IPC de enero y febrero de este año han sorprendido, generando incertidumbre sobre el logro de esta meta y con ello la continuidad de la normalización de la TPM hacia niveles más neurales y consistentes con una fase más expansiva del ciclo económico. Los datos de enero y febrero muestran que el IPC mensual aumentó 0.7% y 0.6%, respectivamente y por lo tanto el IPC acumulado ya supera el 1.3% en estos primeros dos meses . Si vemos los datos del IPC mensual anualizado, que mide el ritmo del incremento de precios en forma anual, vemos que están aumentando a un ritmo de 3.8% y 4.5% en enero y febrero respectivamente, evidenciando una desviación de la trayectoria que venía mostrando la inflación hacia su meta.
Sin embargo, esto es una desviación transitoria ya que está condicionado por algunos factores transitorio y no representa un cambio de tendencia o trayectoria. Si miramos la evolución del indicador de la inflación subyacente que mide la inflación de tendencia y que elimina la volatilidad de la inflación al excluir aquellos bienes que tienen una fuerte volatilidad como son el combutible y la bienes perecibles podemos concluir que su tendencia sigue hacia la meta de 3%. En efecto la inflación subyacente en estos dos primeros meses fue de 4.3% y 3.5% respectivamente la que se ubica dentro del rango meta y convergiendo gradualmente hacia el objetivo.
Sabemos que el IPC sufre de una fuerte volatilidad mes a mes donde concurren factores transitorios que distorsionan la información sobre el estado de la inflación. También debemos mencionar que a partir de febrero ha habido un cambio en la composición de la canasta con que se mide el IPC haciendo que una parte importante del aumento del mes febrero se deba a los aumentos de precios del transporte aereo el que ahora se incluye como item en esa canasta.De igual manera, el alza del dólar que hemos visto en los últimos meses donde a rozado la barrera de los mil pesos también genera efectos de corto plazo especialmente si son transitorio.
La reputación y credibilidad del Banco Central indiscutiblemente no está en riesgo y esta institución y su estructura independiente y autónoma da las garantías que la meta no solo es un objetivo importante sino que se va cumplir.
Dr. Iván E. Araya Gómez, Facultad Ciencias Económicas y, Administrativas, Universidad de Concepción. Columna opinión de El Sur, Viernes 22 de marzo de 2024 |
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