La tecnología ha permitido agregar valor a las organizaciones, constituyéndose en una herramienta de diferenciación, y en una oportunidad para apoyar a las empresas en la reactivación económica
Los últimos años trajeron consigo muchos cambios en todo sentido: económico, social, político, laboral, etc., cambios que han golpeado de manera transversal a personas, empresas y emprendimientos. Una de las transformaciones fundamentales ha sido la dinámica con la que se hacen negocios, definitivamente ya no son las mismas y las empresas han debido adaptarse para sobrevivir. Los modelos de negocio emergentes ponen de manifiesto la necesidad de fomentar los procesos colaborativos, el monitoreo permanente del mercado y sus tendencias, la preocupación creciente por los aspectos socioambientales y por sobre todo, la incorporación de tecnologías que mejoren la posición competitiva del negocio.
Es la tecnología, la que ha permitido agregar valor a las organizaciones, constituyéndose en una herramienta de diferenciación, y en una oportunidad en sí misma para apoyar a las empresas en el proceso de reactivación económica tan necesario durante el último tiempo. La pandemia ha significado un catalizador para los procesos de transformación digital, abriendo múltiples oportunidades para el progreso de las empresas y de la sociedad en general.
Sin embargo, diversos estudios reflejan que gran parte de las micro y pequeñas empresas (mypes) no aprovechan todas las oportunidades que la tecnología les entrega. ¿Razones? falta de recursos, de competencias, de capacitación, de instrumentos de apoyo específicos, etc., de múltiples factores que demuestran que esta categoría de empresas ha sido el más perjudicado debido a que carecen de las herramientas y competencias suficientes para enfrentar adversidades como las que vivimos en el último tiempo. Por ejemplo, el estudio «Impacto de covid 19 en la cultura y operación de las pymes, Latam», efectuado en 2021 por la agencia internacional Edelman, plantea que 9 de cada 10 empresas declara haber realizado inversiones en tecnología para impulsar el trabajo remoto, sin embargo las microempresas declaran no haber invertido todavía. Ya en 2019 la encuesta sobre Economía Digital en Chile efectuada por el Ministerio de Economía mostraba que 4 de cada 5 empresas grandes tenía un sitio web sin embargo en las pymes esta proporción disminuía a 2 de 5 aproximadamente. Ni pensar en la realidad de las microempresas. Y si suponemos que a partir de 2019 todo se les hizo más complejo, el escenario claramente no mejoró en absoluto.
Sabemos que la digitalización consiste en utilizar la tecnología para hacer más y mejor; que la incorporación de soluciones tecnológicas a la gestión de las mypes, tales como equipos de almacenamiento, software ERP en la nube, pagos en línea, comunidades on line, carritos de compra en la web, etc, brindaría mejores resultados en el desarrollo de sus productos, eficiencia de sus operaciones, reducción de costos y otros aspectos que fortalecen el desarrollo de la empresa. Es fácil visualizar, por tanto, que el costo que las mypes pagan por «no estar», es altísimo. Siempre lo fue, pero hoy es aún más significativo porque la pérdida de competitividad se produce a un ritmo vertiginoso que cuesta revertir en un corto plazo.
No es suficiente con que adquieran equipamiento o servicios tecnológicos, se les debe apoyar integralmente, en la formación de su capital humano y en el acompañamiento para que incorporen dicha tecnología adecuada y sostenidamente.
Michelle Tobar Ramírez, Facultad Ciencias Económicas y, Administrativas, Universidad de Concepción. Columna opinión de El Sur, Viernes 27 de Julio 2022 |
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