Política fiscal en tiempos de crisis | FACEA UDEC

«La política fiscal es un instrumento necesario en una democracia durante las crisis y por lo tanto imperativo avanzar hacia una mejor institucionalidad fiscal.»

Un importante legado de John Maynard Keynes ha sido el entendimiento y visión de las crisis económicas y sobre todo el rol que le compete a la política fiscal como un instrumento para estabilizar la economía en tiempos de crisis, potenciando el gasto de la economía cuando ésta se encuentra alicaída, por el pesimismo e incertidumbre que se apodera de los empresarios y consumidores.

Considerando las diversas crisis económicas, un aumento del gasto fiscal en sus varias formas ha sido una estrategia seguida por distintos gobiernos, independiente del color político. La evidencia de la crisis siática de 1997, la gran recesión de 2008-2009 producto de la crisis sub-prime o de las hipotecas y, más recientemente, la crisis de la pandemia del covid así lo muestra. En todos estos casos el mundo y los distintos gobiernos de nuestro país salieron «jugando» con una política fiscal expansiva dentro de la institucionalidad y a pesar de la regla fiscal que tiene nuestro país y que fija algunos limites en el largo plazo con respecto al presupuesto y el déficit fiscal. En efecto, durante el año 2021, por los efectos de pandemia la economía chilena se benefició de un potente estímulo fiscal liderado por el IFE Familiar, el IFE Laboral y otros incentivos y ayudas implicando un aumento el presupuesto y el déficit fiscal. Este «fiscalismo» unido a los retiros previsionales y una política monetaria expansiva, con tasas de interés bajas, significó un potente estímulo al gasto, con positivos impacto en la actividad económica, el empleo y en los precios.

Pero la crisis que afecta al mundo no ha terminado y está lejos que ello ocurra. Será necesario continuar con los estímulos fiscales a la contratación de mano de obra en las pymes, la estabilización de los ingresos del trabajo laboral con complementos en términos de IFE Laboral, créditos y subsidios a la empresa en capital de trabajo, entre otras cosas. También debemos considerar los programas sociales para hacer frente a los aumentos en los indicadores de pobreza y desigualdad que se verán exacerbados por el impacto asimétrico que ha tenido esta pandemia en los distintos segmentos de la distribución de ingresos de nuestra sociedad. No cabe duda que en una sociedad democrática la política fiscal será un instrumento fundamental para recuperar la estabilidad económica y política ya que el ciudadano y el Estado se vinculan a través del instrumento fiscal.

Sin embargo, el reto para la política fiscal y sus gobernantes es enorme y con grandes dificultades futuras,especialmente al lidiar con la pobreza y la desigualdad heredada de esta pandemia, preservando al mismo tiempo un crecimiento económico sostenido, pero en un contexto donde se aprecia la falta de legitimidad fiscal. No es sorprendente escuchar en el publico la desconfianza y la falta de transparencia y accountability en lo que se gastan los recaudos de los impuestos, así como se percibe que la carga es inequitativa con una estructura tributaria regresiva hacia el contribuyente con menores ingresos sin mencionar la sensación de que hay algunos que evaden y/o eluden los impuestos.

Importantes esfuerzos se deben realizar para mejorar la legitimidad fiscal, permitiendo potenciar la efectividad de este instrumento. Estos esfuerzos deben estar orientados a potenciar la transparencia y acountability por medio de auditorías independientes y poner a disposición del público los resultados de estos controles e incrementar la cantidad, calidad y equidad del gasto público. Aumentar la base impositiva mejorando la recaudación de tributos junto a un sistema impositivo más justo y más eficiente.

Dr. Iván E. Araya Gómez, Facultad Ciencias Económicas y, Administrativas, Universidad de Concepción,-