«El nuevo sistema que se ha instaurado, para acelerar el retorno a la normalidad, ha ido de la mano de la incorporación de nuevas tecnologías, que han acelerado la incorporación de la Inteligencia Artificial.»
La pandemia por covid 19 que afectó al mundo, dejó consecuencias sin precedentes en vidas humanas y efectos económicos, que todavía se hacen sentir en muchos países, debido a los cortes involuntarios producidos en las cadenas de producción y distribución, con las secuelas conocidas, en el empleo, ingresos, producción, inflación, etc.
Este triste episodio, ha marcado para la humanidad un antes y un después, que nos ha obligado a adaptarnos a nuevos cambios en todos los ámbitos: en las relaciones familiares, en los negocios, en lo económico, social y político. El nuevo sistema que se ha instaurado, para acelerar el retorno a la normalidad, ha ido de la mano de la incorporación de nuevas tecnologías, que han acelerado la incorporación de la Inteligencia Artificial (IA), aproximándonos a una cuarta revolución industrial, con un gran protagonismo de ésta, creando condiciones para cambiar hábitos y costumbre, como la forma en que producimos, consumimos, vendemos, compramos y trabajamos.
La nueva etapa económica que ya se ha comenzado a notar por la presencia de transformaciones importantes, en las formas de producir y hacer negocios, impone también diversos desafíos, para garantizar un desarrollo sostenible y equitativo. Así, uno de los impactos más importantes generados por la IA, ha sido en el mercado laboral, por la automatización incorporada, que progresivamente llevará a la eliminación de empleos tradicionales, lo que plantea desafíos para la mejora de habilidades más especializadas y técnicas para adaptar la capacidad de los trabajadores y evitar disparidades en el acceso a oportunidades laborales. Se requiere una inversión significativa en programas de formación continua para asegurar que la fuerza laboral esté preparada para los cambios tecnológicos y pueda aprovechar las oportunidades que se irán presentando en el tiempo.
Las empresas deberán adaptar sus modelos de negocios para hacer uso de Las oportunidades, desarrollando estrategias eficientes, para incorporar la IA de manera eficaz para lograr la sostenibilidad de sus negocios de largos períodos. Asimismo, la relación con el mundo globalizado obliga y nos plantea la elaboración de regulaciones coherentes y efectivas, ya que la carencia de estándares internacionales nos puede conducir a problemas legales y éticos. Esto, porque conforme la IA se integra más en la economía, surgen desafíos éticos relacionados con la privacidad, la ciberseguridad y el sesgo algorítmico. Por esta razón es imperativo establecer marcos regulatorios que fomente la innovación y protejan los derechos y valores fundamentales de la sociedad, porque algunas empresas de mayor tamaño que lideren el desarrollo de tecnologías de IA pueden ejercer un poder importante, poniendo en peligro la competencia justa y el acceso equitativo a nuevas oportunidades de negocio a las pymes.
Mas allá de los desafíos señalados, tenemos que aceptar que la IA llegó para quedarse y la evolución y dinámica obligará a las empresas a acoplarse a este gran carro que transita aceleradamente a una etapa de modernización, que probablemente impulsará el surgimiento de nuevas industria y servicios, basados en la tecnología, como la robótica, la realidad virtual, la ciberseguridad, la salud digital, mejora para el cultivo agrícola, mejora en servicios financieros, predicciones climáticas, etc. Esto generará nichos de crecimiento y empleo por un mejor bienestar.
Víctor Hernández Roldán, Facultad Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de Concepción. Columna opinión de El Sur, Viernes 01 de diciembre 2023 |
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